Guillermo Osorio

Guillermo Osorio
GUILLERMO OSORIO (Cuenca, 22-11-1918 / Madrid, 27-12-1982), escritor semisecreto, último de los verdaderos bohemios, borracho inveterado del vino de las tabernas y personaje angélico, las pocas y raras obras de este poeta y cuentista son casi desconocidas. Tampoco sabemos mucho de los primeros años de su vida. Tras estudiar en el Instituto de su ciudad, se vio arrebatado por la guerra y adscrito a una unidad de tanques del ejército republicano, que lo marcó decisivamente. Tras el paso por los campos de prisioneros franceses, volvió a España, donde volvió a conocer la cárcel y el campo de concentración. Rechazado por su ciudad, en 1950 hubo de instalarse Madrid y comenzó su vida peripatética y deambulante de taberna en taberna, de tertulia en tertulia, al tiempo que escribía impresionantes sonetos y un puñado de cuentos que hasta 1960 no pudo recoger en libro, El bazar de la niebla. Su ángel guardián fue una estrambótica poetisa y periodista, Adelaida Las Santas, con la que casó en 1955, que le dio acogida y fue solucionando los problemas cotidianos, a pesar de que él siempre siguió viviendo de noche y jamás tuvo medios de vida. Perteneciente a la olvidada generación etílica del café Varela, donde estuvieron sus mejores amigos (Manuel Alcántara, Eduardo Alonso, Manuel Martínez Remis, Alejandro Carriedo…), que siempre lo recordaron como alguien entrañable, sólo se daría a conocer en recitales conjuntos y revistas literarias de poca circulación. No obstante, tras la edición de su primer libro de cuentos no volvió a publicar hasta que su mujer fundara en 1980 la colección Aguacantos, destinada a acoger la obra del poeta, que sólo vería publicados otros dos muy breves libros en vida, Veinticinco sonetos y El perro azul. Cuentos (1981). Los últimos, Río de los peces (1984) y Guillermo Osorio 10 años después (1993), fueron publicados póstumamente. A finales de 1982 Guillermo Osorio moriría al caer sobre una estufa encendida, tras sufrir un paro cardiaco. Manuel Alcántara escribiría en su necrológica: “…pertenecía a otro lugar del que tenía permanente nostalgia; por no sé qué azar afortunado, pasó su destierro entre nosotros (…) Es todo lo que sabemos de él. Eso y que ha muerto, después de haber consumido gloriosamente algunas cosechas de vino tinto y de haber escrito veintitantos sonetos prodigiosos”.
Guillermo Osorio

Obras del autor